viernes, 24 de julio de 2009


Como una rosa silenciosa
cayó el pesar sobre mis hombros
como una mano cariñosa
paso sobre mis mejillas una lágrima
y ya no siento lo que antes
ya no tengo un corazón
que se para cuando hablas y
se rompe por dolor

Hoy mis sueños despertaron
mis ansias de comprensión
hoy mis lagrimas malditas
apagaron mi dolor
y ya no siento miedode perderte sin razón,
ahora que ya se donde está mi corazón

Otra noche en mis recuerdos
se desliza con tesón
enturbiados mis recuerdos
tengo roto el corazón

Ya solo resta decirte
tres palabras nada mas
aunque si quisieras verme
no me ibas a encontrar
no mas ya...

jueves, 9 de julio de 2009

Vuelvo, despues de tanto tiempo

Ha pasado mucho tiempo y muchas cosas
Terminé los examenes y estoy trabajando de socorrista en una playa, y paso mucho tiempo fuera de casa, estoy negro como el carbón y siento más cosas que antes.

La historia de el susurro terminará en otro momento, ahora no son historias lo que quiero escribir ni compartir, más bien sentimientos...
asi que pronto escribiré de nuevo, más cosas, algunas buenas, otras malas, todas reales y verdaderas, y sobretodo, mias

Os quiero a todos y os he echado mucho de menos, hasta pronto

lunes, 25 de mayo de 2009

El susurro 4

-No puede ser, ella no puede ser la nieta de la Luna, y yo no puedo ser el nieto de su amante, es una locura, la luna es una roca gigante, no tiene una mente consciente, no puede amar ni pensar, ni tansiquiera sentir algo. Tu no puedes ser la Luna y  ella no puede ser tu nieta.

-En eso tienes razón, ella no es mi nieta, es mi bisnieta, y yo no soy la Luna, soy su madre, la Madre Tierra, puedes llamarme Gaia.
>>Soy la madre de todo lo vivo y todo lo que hay en este mundo, o al menos la manifestación de su espíritu.
>>Mi hija Selene fue lo único que surgió de mi espíritu y mi cuerpo a la vez, los seres vivos nacieron de mi espíritu únicamente, y mi cuerpo no volvió a engendrar nada más. Mi padre, Helio, el Sol, dictó una ley que prohibe a los mundos a manifestar su espíritu a un ser vivo, pero ella se saltó la norma porque encontró la via de los sueños para manifestarse sin hacerlo realmente, y se enamoró.
>>Yo supe desde el principio que estaba haciendolo, pero se lo permití, hasta que se manifestó físicamente. Le permití hacerlo en la noche, y con un cuerpo casi humano, pero en el momento en el que despuntó el amanecer, me la llevé lejos, a un lugar donde él no pudiera encontrarla, a las profundidades de las aguas, allí donde él no puede depositar su mirada sin dañarme antes. Le permití salir en la noche una vez más y experimentar el amor, y le permití traer una criatura al mundo, pero la obligué a dejarla a mi cuidado, ella ya no puede volver.
>>Ahora está herida y debil porque aparté la mirada unos momentos, para sanar otra de las heridas que vosotros me infligís, pero por suerte, tu estabas aquí. Te agradezco que la salvaras.

Por alguna razón, aunque con cada palabra que me había dicho esto se parecía por momentos a una alucinación, no fui capaz de interrumpirla. Algo en ella me hacía no apartar mi atención ni mi mirada, un extraño influjo.

-No puede ser cierto, los planetas no tienen un espíritu, no pueden crear vida ni mucho menos.

-Yo soy la única hija de Helio, y solamente tube una hija. Mis hermanos no pueden engendrar, y mi madre, fue consumida por mi padre al concebirnos. Eso le permitió hacernos nacer, pero se le prohibió volverlo a hacer. Por eso yo soy la única que tiene descendencia espiritual, los demás solo tienen descendencia de sus cuerpos, otros cuerpos celestes que los acompañan en su viaje, yo tengo a mis niños, los seres vivos, que se nutren de mi y de si mismos, y soy incapaz de detenerlos antes de que se consuman hasta un punto sin retorno, porque soy su madre, y no soportarí matar a tantos.

Me sujeté la cabeza entre la s manos. Era demasiado, parecía una locura.

-¿Por qué me cuentas todo esto a mi?
-Porque te despertaste, lo que significa que tienes algo de sangre celeste en tus venas, perteneces a una estirpe de seres humanos a los que les concedí unas gotas de magia, les hice ser empáticos hacia mi, hacer lo que yo haría, salvaros a todos, aún a mi costa, porque os amo.
>>Tu te arriesgaste para salvarla, y ahora que se quie eres, voy a hacer algo que no he hecho desde que creé al primer celeste, encomendarte una misión y darte una chispa de magia.
>>La magia te protegerá y te dará poder suficiente para cumplir la misión.
>>Tu deber es detener una guerra, pero para que lo entiendas, antes te tengo que contar una historia: los ángeles y los demonios existen, y existen un dios de la luz y uno de la oscuridad, llámalo diablo si quieres, y están en guerra. Ellos son la mas pura manifestación de espíritu de un mundo, pero no son seres vivos, de hecho, desprecian todo aquello que está vivo, y no dudan en arrasarlo si en su lucha eterna es necesario.
>>En el principio de los tiempos, de mi surgieron unos pequeños espíritus cuya función era mantener en flujo la energía del mundo, la energía vital, para que la vida surgiera solo cuando pudiera sobrevivir. Una vez llegados a este punto, lo espíritus, cuya función ahora era velar por la vida, se unieron en dos bandos: los que creían que debian hacer que la vida se subordinase a ellos y así nunca fuera destruída y los que opinaban que debía ser libre y seguir su curso. Y comenzaron a luchar. Mientras tanto, la evolución siguió su curso, y yo dormí en lo más profundo de mi interior. Solo desperté cuando en sus ansias de doblegar al otro bando, los demonios atrajeron sobre mi una devastadora lluvia cuya función era destruir a los ángeles, pero con ellos consiguieron prácticamente extinguir toda vida, y los encerré en mi.
>>En el mundo reinaron los ángeles y todo siguió su curso hasta que otra lluvia llegó, esta cusada por ellos y me vi obligada a alejarlos. En ambos bandos surgieron líderes y estos se fortalecieron hasta un punto en el que no los pude contener a todos y me tube que retirar y se enzarzaron en una lucha que dura hasta ahora. 
>>Con la llegada de los humanos cambió todo. Angeles y demonios se vieron representados en seres con conciencia propia, con un alma, algo que nunca habían visto tan claramente, y os utilizaron, se retiraron y la lucha pasó a vuestras manos. Los líderes se convirtieron en dioses, todopoderosos y opuestos, y contaminaron vuestra sangre con sus esencias, haciendoos inclinaros hacia uno u otro extremo.
>>Yo intervine y os creé a los celestes, limpié vuestra sangre de sus esencias e hice que la sangre de vuestra descendencia fuera limpia. gracias a vosotros, el mundo se está vaciando de luz y oscuridad, pero a tan alta escala que habeis atraído la atención de los dioses.
>>Ahora, con las nuevas armas que habeis descubierto, no necesitan de los poderes que tienen para atraer cataclismos, pueden crear el suyo propio, y destruir toda vida para así poder librarse de su misión y al fin, descansar, porque sin vida, no hay desacuerdo, y solo tendrán que seguir existiendo, sin necesidad de nada.
>>Tu vas a ser mi mano en esta lucha. Te daré poderes para ver y derrotar a ángeles y a demonios, y tu misión consistirá en demostrarles que ya no necesitais que nadie os cuide, y que, como celeste que eres, limpiarás el mundo de sus esencias y conseguirás un mundo en el que la vida sea libre y no esté amenazada.

De su manga sacó un frasquito de cristal con un líquido dentro.

>>Son mis lárimas. Bébelas y la lluvia será tu poder, el poder del agua y el viento, el poder de la tormenta y el rayo. Serás mis ojos y mis manos en esta guerra, porque yo no puedo intervenir. Mi bisnieta, La nieta de la luna, te acompañará. Ella tiene todos los poderes de la luna, es muy poderosa, y te ayudará, porque ella es otra celeste.
>>Suerte en tu viaje, espero que llegue a buen término.

domingo, 17 de mayo de 2009

Siento tardar tanto, pero es que después de los examenes estoy un poco cansado, y mi creatividad, un poco decaida, espero que no os importe esperar un poco hasta la siguiente publicación, gracias por vuestra paciencia

sábado, 25 de abril de 2009

El susurro 3

Haciendo una pausa, me quedan unos dias para poder descansar auntes de ponerme a estudiar el siguiente examen, y aprovecho para volver a veros (o mejor dicho leeros) a todos, y quero deciros que os he echado de menos.
Voy a continuar con mi última historia, El susurro, la tercera parte, espero que os guste.

El susurro 3

Me levanté y corrí por la orilla de la playa hasta encontrarla, segía atada a la tabla, y sangraba por una herida en la frente, probablemente se la habría hecho una ola al lanzarla a la orilla, me
 agaché, me arranqué la manga de la camisa que llevaba, que ya estaba bastante desgarrada, y le vendé la cabeza. Cogí la tabla y la arrastré hasta las primeras dunas. Allí la dejé y la desaté, y sin dejar de mirar cada poco, corrí hacia el acantilado, trepé por la escalerilla de cuerda y cuando llegué a la tienda, busqué mi movil. Lo encontré entre un montón de sábanas mojadas, porque me había dejado abierta la puerta, de milagro el viento no había arrancado la tienda de sus amarres. Estaba estropeado, el agua había entrado en los circuitos y lo había cortocircuitado. Estando tan lejos como estaba de cualquier posible comunicación (la mas cercana era mi casa y estaba a más de cuarenta kilómetros sin mis atajos, que debían de estar anegados por la tormenta y resultarían impracticables), cogí mi botiquín y corrí hacia ella. Cuando la alcancé, retiré la venda, que estaba sucia y empapada en sangre y coloqué encima unas gasas limpias. Añadí unas gotas de yodo desinfectante y limpié la herida, que ya no sangraba. De un bolsillo saqué vendas estériles y más gasas y tapé la herida. Así ya no sangraría más. Le puse el termómetro y tenía bastante hipotermia, así que la tapé con una manta térmica y la arropé bien, la examiné para comprobar que no tenía ninguna lesión más grave y la volví a atar. Me hice un arnés con correas y lo até a la puerta, y me la llevé arrastras hasta los ac
antilados, donde la tube que desatar y, aún arriegandome a hacerle más daño, me la colgué al hombro y la subí a la tienda. Allí conprobé que tenía varios golpes en la cabeza, por culpa de las sacudidas de las olas, y que su cuello no tenía ningún daño grave, de lo que me alegré. Preparé una infusión de salvia, menta y otras hierbas y me tomé media taza, y le acerqué a los labios lo que quedaba, para wue no se deshidratase. La tapé bien y cerré la tienda, para que así no cogiera frio. Comí un trozo de carne seca y Me puse a dormir al so, mientras miraba el cielo despejado y dejaba que el viento me susurrara al oído otra vez, hasta que me dormí. Me desperté en noche cerrada, y cuando abrí los ojos, la luna llena iluminaba la cima. La tienda estaba abierta y a oscuras, y en su interior sentí una presencia extraña, pero familiar. Cogí mi linterna y ma acerqué a la entrada. Otra mujer se inclinaba sobre la chica, y le cantaba en silencio mientras velaba su sueño. La reconocí tan pronto como la vi, era la chica de mis sueños, que le cantaba a una joven apenas adulta que estaba inconsciente e
n mi tienda de campaña, y me dije que tenía que seguir soñando, que aquello tenía que ser un sueño.

-No estás soñando -me dijo-, soy yo, pero no deberías haber despertado, la luna aún brilla en el cielo y debería haberte hecho dormir.
-Si no es un sueño, ¿qué es? No puedo estar despierto, tu no eres real, y si eres una alucinación, debo de estar tan loco como mi abuelo.
-Tu abuelo no estaba loco
-Creía que siendo joven, la luna le había regalado una rosa negra y que al lanzarla a un pozo de agua, del reflejo del agua había salido una mujer. Ella era la luna, y el se enamoró de ella, pero ella solo estubo con el una única noche, y después, cada noche de luna llena, el se iva al pozo y dormía en las raices de un arbol, donde según el, ella lo visitaba y dormían juntos.
>>Mi padre tubo que llevarlo al médico y le diagnosticaron esquizofrenia, estaba loco.

-Tu abuelo no estaba loco, eso que me cuenas sucedió de verdad, tu abuelo era un joven tan especial que consiguió que la mismísima Luna se enamorara de él, y ella lo visitó cada noche de luna llena en sus sueños, hasta que un dia, tomó una rosa blanca a la que le robó el color y la volvió negra. Con el color de la rosa se hizo una piel, 
y con sus hermanas, se hizo un cabello, con los frutos de la rosa se hizo una carne y con su savia una sangre, y con rosas creó poco a poco todo un cuerpo hasta que solo faltaba un corazón, y entonces se quedó sin fuerzas y de su mano cayó la rosa, que iba a formar su corazón, a los pies de el muchacho al que quería besar por una vez fuera de los sueños, y su nuevo cuerpo fue arrojado al pozo de agua por la fuerza del amanecer qu la barrió del cielo, tan rápido, que él solo lo vio un instante antes de perderlo, pero lo encontró, y lanzó la rosa al agua, y con ella otra rosa, que se unió a la primera y juntas fueron un corazón.

>>Ella despertó la noche siguiente, y lo besó, lo abrazó toda la noche y cuando él se durmió, lo poselló como mujer. Ella quedó encinta y de su cuerpo nació una niña, con cabellos negros como la rosa y ojos azules como el agua, con labios dulces como la fruta y suaves como la seda, y una piel tan blanca como los pétalos de una rosa alba. Su cabello era la noche y su sonrrisa estaba hecha de estrellas. 

>>La niña creció y se hizo mujer, y se enamoró y tubo a su vez una hija, que sin permiso tomó el barco de su padre, y se dirigió tan lejos como pudo, porque su madre le contaba la historia de un hombre fantástico que su abuela había conocido, y ella deseaba encontrar de nuevo a ese hombre, o a uno parecido que la amase a ella.

>>En cuanto a tu abuelo, ella tuvo que regresar a los cielos, donde él no podía alcanzarla excepto en sueños. Nunca conoció a su hija, pero encontró otra mujer a quien querer, se casó y tubo un hijo fuerte y saludable, como bien sabes, y de ese hijo, naciste tu.

>>Ella solo regresó al mundo en una ocasión para dar a luz, y no pudo entregar a su padre la niña, que fue depositada en una cesta en un lugar cercano sin que el lo supiera.

viernes, 3 de abril de 2009

El susurro 2

Bajé corriendo por la escalerilla de cuerda y salté al agua, pero las olas eran demasiado fuertes y casi me ahogo antes de desistir y volver a la orilla. 
Detrás de las rocas sumergidas seguían los restos del barco, ahora destrozados por las olas, y en la cubierta, atada a el mastil, estaba una mujer joven o una chica, no estaba seguro. Ella estaba inclinada hacia delante como si estubiera inconsciente, y yo desse salvarla con todas mis fuerzas antes de que las olas la mataran.
Reuní todas las fuerzas que había en mi y me volví a lanzar al agua. Buceé bajo olas enormes, y cada vez que pasaba una, mas dolor sentía en mis oídos, estaban a punto de romperseme los tímpanos debido a los cambios de presión, pero finalmente alcancé la primera roca y me afe
rré a ella. Trepé por la cara donde no la azotaban las olas y logré escapar a los embites, había tenido suerte de llegar a una roca alta. Esperé a que el reflujo frenase las olas mas pequeñas y redujese las grandes y salté a la pidra de al lado, una piedra plana y ancha, a ras del agua, por la que corrí hasta el barco naufragado. Me aferré a la barandilla y luché contra las olas que volvian a alzarse monstruosas contra mi. 

Subí al barco y corrí hacia el mastil, donde ella colgaba inmovil de una cuerda que la sujetaba por la cintura.Me sujeté y esperé de nuevo al reflujo. Corrí hacia el camarote y arranque la puerta, desaté a la chica y la até de nuevo sobre ta tabla, que dejé apoyada en la barandilla. Salté a la roca que estaba libre de agua y bajé la madera. La llevé al extremo de la plataforma donde nos alcanzó una ola y la arrancó de mis manos, arrastrándonos hacia la orilla a ambos. Quedé inconsciente y solo desperté cuando la tormenta se calmó y el Sol brilló sobre mis ojos. Estaba  agotado, necesitaba comer, beber y descansar, pero necesitaba aún más saber que ella estaba bien.

viernes, 27 de marzo de 2009

Ya vuelvo a estar aquí!!!

Ya he solucionado los asuntos que me tenian algo ocupado y vuelvo a visitar este rincón donde mis sueños se hacen realidad

Y para celebrarlo, os dejo con esta historia:
El susurro 1

La caricia del viento en mi rostro era la más dulce sensación que sentía en mucho tiempo. Por fin había terminado todos mis proyectos y cuentas pendientes y me podía tomar un tiempo de descanso, podía volver a tomarme la vida con calma.
En cuanto terminé de comer al mediodía me puse unos vaqueros y unos playeros para caminar y mochila al hombro, me fui a los acantilados.Allí hay un mirador natural donde los dias de viento las olas salpican espuma sobre las rocas, y allí fue donde me dirigía.
Caminé una media hora por la carretera hasta encontrar el camino que se desvía hacia la costa y en unos pocos kilómetros llegué a la playa.

Era una playa grande, muy amplia y en el extremo sur se formaba una pequeña cala desde la cual se formaba una lengua de arena que llegaba varios cientos de metros mar adentro.
Mas allá de la cala, se alzaban imponentes unos despeñaderos, como si fueran guardianes de a playa y en su cima, se formaba una meseta que era prácticamente inaccesible. Solo yo y unos pocos más conocíamos la pared casi vertical en la que se formaban unos agarraderos de piedra por los que se puede trepar hasta la cima.

Me dirigí hacia la cala y allí monté una tienda de campaña. Nadie se acerca nunca a este lugar, así que monté la tienda, dejé en ella mis cosas, me cambié de ropa y me enfundé los guantes de escalar. Corrí hacia los acantilados y me lancé al agua. Nadé hasta una pequeña plataforma que surgía con la marea baja y desde allí, comencé a escalar. En unos minutos llegué a un saliente ancho del que salía una cornisa estrecha que lleva a otra plataforma donde hay una cueva. La cueva da a una sima, por la que trepé hasta llegar a la cima de los acantilados, donde se forma un prado pequeño en el que nunca hay nadie, eso era lo que necesitaba, soledad, silencio y la caricia del viento.
Con la marea alta la cueva quedaría inundada y no podría bajar, así que recorrí la meseta hasta el extremo que daba a la playa y allí coloqué unos clavos y unas agarraderas de las que colgué una escalerilla de cuerda que llevaba conmigo.

Descendí y recogí mis cosas. Las até fuerte dentro de la mochila y le até una cuerda en las asas. Subí y tirando de la cuerda subí mis cosas.

Esa noche dormí mecido por las olas y soñé con ella otra vez.

Ella era una especie de amiga imaginaria que había olvidado y me visitaba en mis sueños, pero aunque siempre me sonreía y estabamos juntos en los sueños, nunca había oído su voz, quizás porque nunca la imaginé con ella, pero esa noche fue diferente: en el sueño aparecía ella sola, vestida con un vestido blanco precioso y sentada en un pequeño balandro que flotaba a la deriva en el mar embravecido. Ella se sujetaba desesperadamente al borde y esquivaba los palos de la vela, que estaba rota y giraba sin control en el viento. Entonce, ella me miró directa mente y, por fin, escuché su voz, que me decía "Ayúdame".En ese momento, me desperté y salí de la tienda. Una masa oscura de nubes se acercaba rápidamente, y mecido por las gigantescas olas que traía, un pequeño barco velero zozobraba.
Cuando lo vi estrellarse contra la barrera que cerraba la cala escuché un susurro en el viento, y todo el sueño volvió a mi cabeza.

-Ayúdame...
Espero que os guste

martes, 17 de marzo de 2009

Siento no haber podido leer ni publicar nada estos dias, estoy bastante ocupado, pero hoy puedo sacar un ratito y avisaros :)
No voy a escribir en un par de semanas, lo siento
Nos leeremos
Dw

lunes, 9 de marzo de 2009

Because of you de Kelly Clarkson y Reeba McEntire

Hoy os dejo una canción muy bonita que tiene cierta relación, al menos el video con la última entrada de mi amiga Leo

No puedo insertar el vídeo, pero os dejo aquí el enlace:
http://www.youtube.com/watch?v=s-NnWHOUuKw

Espero que os guste

viernes, 6 de marzo de 2009

A veces uno no sabe que pensar, si es mentira o realidad, si las cosas duelen de verdad o solo es algo que nosotros nos obligamos a creer hasta que se vuelve realidad y duele

Sin mas ni mas vuelve la niebla, se apaga la luz y te pierdes en tus propias sombras, te persiguen recuerdos, dudas, errores que no tienen solucion y piensas, no puedes parar de pensar y te hundes más hondo cada vez, hasta que llegas a un punto en el que no puedes ir más allá porque has tocado el fondo de tu alma, y te ves desnudo frente a ti mismo, sin ninguna barrera, sin una mascara o algo tras lo que esconderte, y lloras de rabia, porque no lo entiendes, porque no lo quieres entender...

A veces uno no sabe que pensar, si se hace daño a si mismo o es solo que se imagina cosas...

A veces los dias parece que se ponen en tu contra...

sábado, 28 de febrero de 2009

La luz en la niebla

Esta historia la escribí hace ya algún tiempo, espero que os guste.


Quizás un rayo de esperanza, o una guia entre las sombras, la luz entre la niebla me atraía con fuerza. Me acerqué poco a poco y cuando casi podía tocarla, se apagó. La niebla se difuminó y allí estabas tu, ada de espaldas, lorando en la orilla de la laguna.
-¿Qué te pasa? -te pregunté- ¿Qué estas haciendo aquí sola?
-Estoy llorando porque me he perdido
-Yo puedo ayudarte a volver
-No, no puedes, se volver, pero yo lo que quiero es avanzar
-Pero no hay nada más allá de este bosque
-Si que hay algo, hay todo un mundo, y hay alguien que, aunque no me conozca todavía, me está esperando
-Pero eso no puede pasar, no puedes esperar a un desconocido
-Puedes si es tu corazón el que te dice que está allí

Entonces levantaste la mirada y la luz volvió a iluminarnos, tus ojos estaban humedos por las lágrimas, pero estas parecían gotitas de luz que nacian de tu corazón. Cuando me miraste me sentí como si volara. Te levantaste y volviste a caminar, hacia el interior del bosque, hacia el corazón de la niebla. Entonces te seguí. Avanzamos varios dias, pero el sol no nos iluminó. Cuando por fin veíamos la margen del bossque corrí hacia ti y te cogí del brazo. Tus pies estaban flotando sobre un abismo, parecía infinito, terrible.
-Camina sobre la niebla, ella es el puente hacia el mundo que espero encontrar más allá.
-Pero la niebla no es un puente, se aparta cuando la tocas
-Si tu deseo es caminar sobre ella, caminarás sobre ella, pero la mayoría de la gente no sabe como desear, solo desean que pase lo que creen que es real
-Lo intentaré, pero no me dejes caer, porfavor, quiero ver ese mundo del que hablas

Avancé. Puse un pie en los zarcillos de niebla. Me sujetaron como si fuesen un manto de hojas sobre un suelo blandito. Te seguí hasta encontrar un suelo más firme. Allí nos sentamos en el suelo y tu volviste a cerrar los ojos, la luz se apagó poco a poco y te dormiste. Poco a poco fuiste desapareciendo y te convertías en niebla. Cuando desapareciste se levantó viento y la niebla se fue con el. Vi sobre el suelo una jolla, era como una estrella, con un arco de plata sujeto por detrás. La tomé con mis manos y el arco se convirtió en una cadenita. La colgué de mi cuello y volvió a haber luz. entonces vi lo que tu me habías dicho, todo un mundo más allá del abismo, pero un mundo diferente de lo que tu creías que habría, porque todo era agua excepto la pequeña playa en la que yo estaba sentado.
Caminé dias por el arenal, hasta que vi una sombra sentada en la orilla. Me acerqué y vi que era un chico, y que estaba llorando, como tu cuando te conocí.

-¿Qué te pasa? -le pregunté- ¿Necesitas ayuda?
-Estoy esperando a alguien, pero no se quien es, solo se que está más allá de aquel abismo.
-Yo la conozco, cruzó el abismo, pero tubo que irse, pero me dio esto para ti
Enctonces le di la estrella y al colgarla de su cuello, volvió la niebla y tu apareciste con ella. Yo me disolví en los zarcillos para dejaros solos y me acerqué a la orilla. Al tocar el agua, Un camino apareció y supe que en el extremo te encontraría otra vez, pero esta vez esperandome a mi para llevarme al otro lado del mar y encontrar a aquella que me esperaba a mi sin siquiera conocerme.

miércoles, 25 de febrero de 2009


Hoy subo una imagen para todos mis lectores, pero sobretodo para Agua para recordarle que antes de aprender a amar, hay que aprender a soñar, para así no perder el camino y poder amarse también a si misma.

Es un regalo y quien quiera puede considerarlo como propio

miércoles, 18 de febrero de 2009

Noche de luna

Ya había oscureciendo, y yo estaba en el andén, esperando a que el tren que me llevaría de vuelta a casa pasase de una vez.
Toda la estación estaba vacía, excepto yo y el reflejo de la luna llena en un estanque. Abrí mi libro y me puse a leer. "Espero no acabarlo hasta que llegue el tren" pensé "asi el tiempo pasará más deprisa".
En ese moemento levanté la vista y vi al fin el viejo tren que me llevaría hasta casa. Era una antigua máquina de vapor a la que le habían cambido la caldera por un motor eléctrico, pero aún así, el vapor salía por la chimenea. Subí y el revisor me ticó el billete.
-El tren está vacío, sientese donde quiera -me dijo-.
Entonces yo busqué un reservado silencioso donde pudiera apagar la luz y dormir un rato si lo deseaba, pero cuando dejé mi maleta, saqué mi libro y comencé a leer otra vez.
Pasaron las horas y se me cerraron los ojos, con lo que el libro se me cayó al suelo. El sonido de las tapas al cerrarse de golpe me despertó y miré por la ventana.
Estabamos en un tunel, y se veía una luz plateada al final.
Cuando salimos vi que era la luz de la luna reflejada en las gotas de rocío de montones de flores silvestres que crecían en un campo.
El tren se detuvo poco a poco y cuando finalmente paró, el revisor entró en la cabina y me dijo:
-Señor, baje del tren, por favor.
Yo obedecí y sali al prado. Con mi libro en una mano y mi curiosidad en la otra, miré a mi alrededor. El campo tenía un aspecto extraño: había montones de flores preciosas, rosas y amapolas, don diegos y camelias, gardenias y campanillas, pero algunas tenian un aspecto extraño. Me acerqué y vi que las flores extrañas eran de papel, y eso me pareció muy extraño, porque eran flores muy delicadas, casi como si fuesen reales...
Entonces recorde que tenía mi libro y me di cuenta de que no tenía puesta la marca, así que arranqué una rosa roja y la coloqué entre las páginas en que me había dormido.
Cerre los ojos y aspiré el aroma, que de tan embriagasdor me hizo caer al suelo casi sin sentido. Miré al cielo y nubes púrpuras se arremolinaban alrededor de la luna llena, que me miraba desde las alturas.
Mis párpados volvieron a cerrarse y no me desperté hasta que el tren se detuvo en el andén de mi pueblo. El Sol entraba por la ventana y acariciaba dulcemente mi piel. Cogí mis cosas y me fui a mi casa. Pensé "todo habrá sido un suño" y me subí en un taxi que me llevó hasta la finca de mis padres. Entonces miré mi libro y la vi: una rosa roja asomaba entre sus páginas.

martes, 10 de febrero de 2009

Un susurro en la lluvia


La lluvia que cae sobre mi piel me despierta lentamente. Estoy tumbado sobre el asfalto, sin nadie a mi alrededor pero en la distancia hay una lucecilla, que brilla casi sin fuerzas. La luz se acerca y poco a poco distingo una mujer que se aceca y llora desconsoladamente. Desde el suelo, intento levantarme, pero no puedo, enonces le digo:

-Oye, ¿te pasa algo?¿Por qué lloras? Se que no nos conocemos, pero si necesitas ayuda puedo intentar haer algo...

-Tu si me conoces, pero no lo sabes. Y tu eres el unico que me puede ayudar, pero no sabes como.

No entendia las palabras de la chica, pero alargue mi mano y con mis dedos rocé su tobillo. Su piel suave y delicada estaba congelada, como si nunca hubiera tenido un abrigo ni una fuente de calor. Rechazó mi tacto encuanto lo notó. Se apartó de mi y me pidio que no lo volviera a hacer, que si la tocaba ambos perderíamos.

Intenté otra vez levantarme, pero el cuerpo no se separaba del suelo.

-No intentes levantarte, no podrás, estas demasiado cansado para hacerlo.

Yo no la escuché y empujé con todas mis fuerzas, pero nada sucedio, mi espalda estaba pegada al suelo, no se separaba de ninguna manera.

Entonces ella me tedio la mano y cuando la cogí, tiró de mi y me ayudó a sentarme.

-Tienes que abrir los ojos, tienes que despertar, si no no podrás ayudarme.

-Ya los tengo abiertos -le contesté-, te estoy viendo.

-No me ves, me sientes, porque yo te siento a ti de la misma manera y te busqué, pero ahora, abre los ojos, vuelve a la realidad, y despierta, porque tu viaje comenzará pronto.

Me empujó y caí en la misma posición que antes. El golpe me hizo mucho daño y durante un momento no pude respirar. Entonces oí un único pitido de contínuo piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii y derrepente el aire inundó mis pulmones como si fuera fuego, quemandome, y empecé a oir pitidos cortos y regulares pi... pi... pi.... Abrí los ojos y vi a dos hombres inclinados sobre mi, uno sujetada unas planchas sobre mi pecho, el otro, un balón de oxígeno. Seguía estando vivo.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Ayer no fue mi dia de suerte: hace sol por la mañana, cuando estoy ocupado, y por la tarde, que iva a ir a estudiar al museo de anclas, un museo que hay junto a la playa donde sueloir a estudiar y sacar fotos, se nubla y se pone a llover, total, que me tuve que quedar a estudiar en casa y mi hermano no me dejo en paz en toda a tarde y despues, cuando pensaba relajarme con un entrenamiento tranquilo, resulta que nos mandan coger las palas, que a mi me molestan más que me ayudan y me paso todo el entrenamiento nadando a fuego para seguira los demás. Y como gota para colmar el vaso, al salir de la piscina resbalo y me caigo por las escaleras, menos mal que se caer bastante bien y solo fue un esguince, pero ya se me reventaron la mitad de los planes que tenía hechos... y los demás no porque me puedo quitar la venda en dos semanas y eran para dentro de 15 dias, cuando acaban los examenes y volvemos a clase...
Bueno, pues eso, que el dia me salio redondo

Yo tenía pensada una canción para hoy y la voy a subir igual, es una versión por Cascada de el mítico Because de Night de Patti Smith, espero que os guste



Espero que vuestro dia y el mio sean mejores que el mio de ayer
Cuidaros
Dw

viernes, 30 de enero de 2009

Mi canción

Mis palabras no son lo único que quiero compartir con vosotros, también quiero que conozcais algo más de mi, como mi música, asi que de vez en cuando, como hoy, voy a subir canciones, como esta, una de mis preferidas, de hecho la que creo que es mi favorita:
My Immortal, de Evanescence



Im so tired of being here
Suppressed by all my childish fears
And if you have to leave
I wish that you would just leave
cause your presence still lingers here
And it wont leave me alone

These wounds wont seem to heal
This pain is just too real
Theres just too much that time cannot erase

When you cried I'd wipe away all of your tears
When you'd scream I'd fight away all of your fears
I held your hand through all of these years
But you still have
All of me

You used to captivate me
By your resonating life
Now Im bound by the life you left behind
Your face it haunts
My once pleasant dreams
Your voice it chased away
All the sanity in me

These wounds wont seem to heal
This pain is just too real
Theres just too much that time cannot erase

When you cried I'd wipe away all of your tears
When you'd scream I'd fight away all of your fears
I held your hand through all of these years
But you still have
All of me

Ive tried so hard to tell myself that youre gone
But though youre still with me
Ive been alone all along

When you cried Id wipe away all of your tears
When you'd scream Id fight away all of your fears
I held your hand through all of these years
But you still have
All of me, me, me...


Espero que os guste tanto como a mi, para mi no hay una cancion más dulce

miércoles, 21 de enero de 2009

La leyenda del fuego

Por ahora voy a esperar un poco para escribir más sobre "La promesa de un sueño", para ver si regresa mi musa, pero mientras tanto, quiero publicar un cuento que me gusta mucho. El original no es mio, es de Buttercup, de farsalia.com. Se titula "La leyenda del fuego".


Hace mucho tiempo, cuando ni el sol ni la luna se habían creado y del cielo no colgaban todavía las estrellas, el mundo estaba sumido en la más absoluta oscuridad. Por aquel entonces sólo vivían en nuestro planeta seres mitológicos como los elfos, ogros, enanos, etc. Para ver utilizaban antorchas y los árboles estaban desnudos, sin hojas ni flores que adornasen sus largas ramas, que se alzaban hacia el cielo, como si buscasen la luz para poder ser más que unos simples troncos que no daban señales de vida. Era pues, un planeta triste y silencioso.

Cierta vez, el dios que reinaba sobre los elementos, se enamoró de un hada de extraordinaria belleza. Cuando su amor se vio correspondido, se casaron, a pesar de que estaba muy mal visto entre seres de distinta raza. Ellos eran felices, pues se tenían el uno al otro, pero el hada deseaba ser madre y se empezó a sentir muy desdichada, porque sabía que era imposible. Todo esto lo supo una ninfa amiga suya (por aquel entonces la amistad entre hadas y ninfas era frecuente) y le propuso un trato: podría tener hijos, pero todos pertenecerían a la raza de las ninfas. El hada aceptó, pues su deseo de ser madre podía con cualquier impedimento.

Pasó el tiempo y el hada quedó encinta. Luego llegó la hora del parto. Primero nació una ninfa que tenía el don de la belleza y que representaría el elemento del agua. Luego otra que sería muy inteligente y que representaría la tierra. Poco después, nació la ninfa del aire, la más ágil y rápida. Y por último una que sería la más bondadosa, cuyo elemento era el fuego.

Las cuatro ninfas de los elementos fueron criadas por sus padres y tuvieron una infancia muy feliz. Cuando se hicieron mayores, su madre las envió para que convivieran con el elemento de cada una y éstas partieron a los pocos días.

Un año después, las cuatro hermanas se encontraron. Después de multitud de abrazos y risas, decidieron contar cada una su experiencia. Habló primero el agua, la primera en nacer:

- Yo he visto manantiales y cataratas. He visto el rocío de la mañana y la fresca lluvia. Me encanta el elemento que represento.

- Pues yo -dijo la tierra, que era la siguiente- he visto grandes montañas. He entrado en bellas cuevas y me he tumbado en la fina arena de la playa. Mi elemento es hermoso.

- Yo, como ninfa del aire -dijo la siguiente- he oído ulular al viento y lo he sentido acariciando mi piel. Ha jugado con mis cabellos, ¿no es maravilloso?.

Las tres ninfas, que ya habían acabado su relato, callaron, esperando oír la historia de su hermana. Como no decía nada, le preguntaron:

-¿Y tú qué has visto?, ¿cómo es el fuego?

Ésta aguantó las lágrimas, horrorizada de la experiencia que había vivido. Pero decidió compartir su congoja con sus hermanas.

- ¡Ha sido horrible! He visto monstruosos rayos que rompían en el cielo y que hacían temblar todo con su sonido. He visto a las llamas quemar los bosques y casas, destruyendo todo a su paso y matando a mucha gente. Lo he pasado muy mal. Odio el fuego, ¡lo odio!

Sus hermanas, que eran crueles y no sentían compasión le, respondieron:

- Eres pues, un ser malvado. No te queremos con nosotras y nadie querrá estar contigo. Deberías irte lejos de aquí. Eres una deshonra para nuestra familia.

Al oír esto, la pobre ninfa del fuego se fue, llorando sin consuelo. Sus hermanas pensaron que moriría de dolor y, al poco tiempo, volvieron a casa. Sus padres las recibieron con gran alegría, pero echaron en falta a su hija pequeña. Cuando les preguntaron por ella, las tres ninfas mintieron y dijeron que no la habían visto.

La madre decidió salir a buscarla y a todo el mundo le preguntaba por su hija perdida. Un ser pequeño, redondo y de grandes ojos había estado presente en el encuentro de las cuatro ninfas y se lo contó todo.

El hada se marchó llorando al enterarse, dando a su hija por muerta y decidió castigar a sus tres hijas. Creó las inundaciones, los terremotos y los huracanes y las ninfas se sintieron muy desgraciadas.

Pero la ninfa del fuego no había muerto. Cuando se separó de sus hermanas voló y voló hacia el cielo, como queriendo huir de aquel mundo. Y cuando no pudo más y se creyó morir, una luz inundó todo su cuerpo, una luz tan grande que alumbró la Tierra, aunque la había dejado muy, muy atrás. Y la estela que dejó mientras volaba se convirtió en lindos luceros. Así pues, se había transformado en el sol y su rastro en las estrellas. Y con su luz en los árboles brotaron hojas, frutos y flores de todos los colores y muchas plantas muy diversas. Nacieron multitud de animales y la Tierra se convirtió en un planeta hermoso. Cuando volvió a ver una tormenta se asustó un poco, pero su luz traspasó las gotas de lluvia y se deshizo en mil colores: el primer arco iris.

La ninfa del fuego no se volvió a sentir desgraciada, pues ella, el sol, era fuente de vida y disfrutaba viendo desde allí arriba todas las cosas bellas que había creado.

Su madre se sintió muy feliz, pues su hija había comprendido la importancia de su elemento, a partir del cual se obtiene todo lo demás, que le da vida a todo y que nos permite observar las maravillas de la naturaleza. Y para no perderla nunca de vista creó un gran espejo que reflejase a su hija cuando se escondía en el horizonte y le llamó Luna.

Hoy en día el sol nos inunda con su luz cuando es de día, y cuando éste se pone salen la Luna y las estrellas y todos miramos hacia arriba para contemplar tanta belleza.

Y es entonces cuando nuestra amiga se siente más feliz.


Bonito, ¿no creeis?

lunes, 19 de enero de 2009

La promesa de un sueño 3: Atardecer

Las olas le acariciaban los pies mientra caminaba por la orilla. Llevaba allí todo el dia, recorriendo la playa de arriba a abajo pensando en como podía alguien no sentir sin sentir un vacío. Entonces, cuando el Sol llegó al punto más alto y el mediodia descargó sobre él con toda su fuerza, echó a correr y saltó al agua. Nadó hasta llegar a la corriente que había alcanzado la noche anterior y se deslizó aún más allá. Había recordado algo que creía haber enterrado bien hondo, en un podo muy profundo sumergido bajo las olas, pero volvió con una fuerza decastadora y solo las olas lo podían aplacar.
Salió del agua al otro lado del estrecho que unía separaba su isla de una peninsula cercana, y se tumbó en la arena. Se empeñó en no sentir nada, pero no podía, las lágrimas afloraron a sus ojos y la arena a su alrededor se empezó a humedecer aún más de lo que ya estaba.
Moverse solo aumentaba el dolor y quedarse quieto le obligaba a pensar así que se durmió.
Se despertó cuando la espuma le hizo cosquillas, la marea había subido y estaba alcanzandolo. Se movió y se lanzó al agua, volviendo a su isla. Llegó unos minutos antes de que el atardecer cayera y entro en el bosque. Buscó el estanque que había soñado la otra noche donde la luna llena le había mirado a los ojos, y al llegar, entre los árboles se filtraban los últimos rayos del Sol. Encuanto este se ocultó, la luna quedó reflejada en el agua y esta vez, un rostro surgió del reflejo. Era ella, la mujer de su sueño.
Salió del agua, estaba mojada y temblaba de frio. Le dio la chaqueta que llevaba, porque era mejor que nada aún estando húmeda por haber estado todo el dia en el bosque olvidada y ella cubrió su cuerpo delicado y perfecto con la prenda. Abrió la boca, como queriendo decir algo, pero de su garganta no surgió sonido alguno. Entonces el la miró a los ojos y un torrente de emociones y recuerdos lo inundó, pero esta vez, no intentó contener las lágrimas. Se abrazaron y caminaron hasta el arbol donde él había dormido, pero esta vez para mirar el vacío que la luna había dejado en el cielo para visitar a la persona a la que amaba y al que solo en sueños había visitado hasta entonces, siempre en luna llena...

sábado, 17 de enero de 2009

La promesa de un sueño 2: Amanecer



Aquella noche vagó entre las sombras con la rosa en la mano.
Esta vez el sueño era diferente y el sabía que algo había cambiado en su interior, pero no sabía que. Caminó hasta el lindero y entró en la playa, caminó hasta la orilla y se lanzó al agua. Nadar de noche le tranquilizaba mucho y necesitaba tranquilizarse un poco.
Nadó hasta que la ciudad solo era un puntito brillante en el horizonte y el bosque una sombra sin forma.
Se dejó llevar por la corriente y llegó a la orilla otra vez, cerca de la laguna salada. Salió del agua y se revolvió el cabello para secarlo, caminó hacia la laguna y allí arrancó una de las rosas blancas que crecían mas hermosas que en ningún otro lugar todo el año.
Era extraño que crecieran en un lugar tan hostil para las plantas, pero parecía como si la sal les diera fuerzas en lugar de matarlas.
Justo en el momento en el que despuntaba el alba, extendió su brazo y lanzó las rosas al agua, donde flotaron y se confundieron con las estrellas y el cielo. Esa era su promesa.
Cuando se dio la vuelta, la luz del amanecer iluminó su rostro y le permitió ver como una sombra se deslizaba suavemente fuera de su vista, solamente vio una melena moverse como si fuese viento. Corrió hasta donde había estado su visitante, pero no había hueyas ni ninguna marca. Le extrañó no haberla sentido, el don de la empatía le hacía sentir todo lo que sentía alguien a menos de veinte pasos y ella, porque estaba seguro de que era una chica, no desprendía ninguna emoción. Se sentó en la orilla a ver como ascendía el astro rey y eclipsaba el brillo de la luna llena.

La promesa de un sueño 1: Luna llena


Esta es mi primera entrada, y quiero decir que me he animado a escribir este blog porque me gustan las historias y estoy intentando aprender a escribir las mias propias. Espero que a todo el mundo le guste esta primera que voy a escribir: La promesa de un sueño. Se divide en tres partes, espero que os guste y lo comenteis.



Era de noche, la luna brillaba en el cielo y al pie del arbol había un bulto entre las raíces que sobresalían. El chico se removio en sueños y desperto. Otra vez se había quedado dormido en el bosque, se dijo y se puso de pie y empezó a caminar.
Mientras caminaba llegó al estanque y miró el reflejo de la luna. Se dio cuenta de que nunca había estado allí en luna llena y se sonrió a si mismo. Caminó en dirección al arroyo y lo siguió hasta la desembocadura en la playa, donde se mezclaba con las olas. Siguió caminando por la orilla hascta que vio las luces del pueblo y se dijo a si mismo que prefería la calma del bosque, pero si no volvía a casa se iban a preocupar por el. Caminó hasta una casita en el extremo más cercano del pueblo a la playa. Picó a la puerta y entró cuando le abrieron. Dentro olía a un humo fuerte de leña y hacía calor, hasta ese momento no se había dado cienta de que fuera hacía bastante frio y se tapó el cuello con el jersey. En un sillón enfrente de un fuego de hogar estaba sentada una chica fabulosa, era muy guapa y tenía una sonrisa deslumbrante, solo sus ojos rompían la ilusión, porque de ellos destilaba una tristeza dolorosa. El ya conocía esa sensación, eran amigos y sus dones le permitían saber el dolor que ella sentía, de hecho, todo lo que ella sentía. Sabía que estaba destrozada por dentro, que la muerte era menos desoladora que estar así, pero aún asi el aguantaba, porque ella lo necesitaba y necesitaba que fuera fuerte por los dos. Se acercó hasta el sillón y ella se levantó, lo abrazó y lo invitó a sentarse. El escojió un comodo sofá de varias plazas donde se recostó mientras ella se volvía a sentar en su sillón. Juntos y en silencio se miraron el uno al otro y supieron que estaban un poco menos destrozados. El fuego se apagó de repente y la luz de la luna los iluminó. Una lágrima rodaba por el rostro de el, porque había recordado que seguía durmiendo entre las raíces del arbol y que ella solo era un sueño recurrente que le hacía sentirse mejor de vez en cuando. Pero entonces, se levantó y a su lado vió una flor, era una rosa negra... era una promesa...