martes, 10 de febrero de 2009

Un susurro en la lluvia


La lluvia que cae sobre mi piel me despierta lentamente. Estoy tumbado sobre el asfalto, sin nadie a mi alrededor pero en la distancia hay una lucecilla, que brilla casi sin fuerzas. La luz se acerca y poco a poco distingo una mujer que se aceca y llora desconsoladamente. Desde el suelo, intento levantarme, pero no puedo, enonces le digo:

-Oye, ¿te pasa algo?¿Por qué lloras? Se que no nos conocemos, pero si necesitas ayuda puedo intentar haer algo...

-Tu si me conoces, pero no lo sabes. Y tu eres el unico que me puede ayudar, pero no sabes como.

No entendia las palabras de la chica, pero alargue mi mano y con mis dedos rocé su tobillo. Su piel suave y delicada estaba congelada, como si nunca hubiera tenido un abrigo ni una fuente de calor. Rechazó mi tacto encuanto lo notó. Se apartó de mi y me pidio que no lo volviera a hacer, que si la tocaba ambos perderíamos.

Intenté otra vez levantarme, pero el cuerpo no se separaba del suelo.

-No intentes levantarte, no podrás, estas demasiado cansado para hacerlo.

Yo no la escuché y empujé con todas mis fuerzas, pero nada sucedio, mi espalda estaba pegada al suelo, no se separaba de ninguna manera.

Entonces ella me tedio la mano y cuando la cogí, tiró de mi y me ayudó a sentarme.

-Tienes que abrir los ojos, tienes que despertar, si no no podrás ayudarme.

-Ya los tengo abiertos -le contesté-, te estoy viendo.

-No me ves, me sientes, porque yo te siento a ti de la misma manera y te busqué, pero ahora, abre los ojos, vuelve a la realidad, y despierta, porque tu viaje comenzará pronto.

Me empujó y caí en la misma posición que antes. El golpe me hizo mucho daño y durante un momento no pude respirar. Entonces oí un único pitido de contínuo piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii y derrepente el aire inundó mis pulmones como si fuera fuego, quemandome, y empecé a oir pitidos cortos y regulares pi... pi... pi.... Abrí los ojos y vi a dos hombres inclinados sobre mi, uno sujetada unas planchas sobre mi pecho, el otro, un balón de oxígeno. Seguía estando vivo.

6 comentarios:

  1. ¡¡¡¡Genial!!!!
    Sin duda te salvó un ángel. Ojalá todos pudiéramos algo así y le debiéramos la vida a una mujer mojada por la lluvia.
    Me ha encantado el recurso que has utilizado, el giro que le das a la historia, pues consigues sorprendernos a todos.
    Me has dejado alucinado con el relato. Así que enhorabuena. Siempre me dejas halagos cariñoso en mi desván, pero yo tengo que hacer lo mismo contigo, pues eres un maestro en esto de escribir. No dejes nunca de hacerlo. Pronto oiré hablar mucho de ti. Un abrazo. Cuídate.

    ResponderEliminar
  2. Vine a empaparme de nuevo con tu lluvia. Vaya historia más genial, amigo. Sigo alucinado. Un abrazo y espero que vaya todo muy bien al otro lado. Cuídate.

    ResponderEliminar
  3. Hola! Me ha encantado la historia...la cuentas de una manera tan real que casi puedes sentir cada sentimiento. Muchas gracias por pasarte por mi blog ;-) yo con tu permiso me quedo por aqui para seugir leyendote!
    Besos!!!

    ResponderEliminar
  4. caí acá a través de blogs.
    me gustó la historia, hace un tiempo escribí algo parecido.
    supongo que es lindo pensar, imaginar que después de la muerte, o en momentos donde la vida y la muerte se cruzan, hay algo lindo, agradable, esperándonos, y cuidándonos también.
    suerte...

    ResponderEliminar
  5. Eso, eso, tú hazte conocer. Hazte famoso. Un abrazo, niño. Cuídate.

    ResponderEliminar
  6. Hermoso y triste, me sucedió con mi compañero, sufrió un infarto y estuvo con muerte súbita... siempre me sentí a su lado.... y él siempre me vio a su lado aunque nunca estuve ahí... la proyección del alma gemela....

    ResponderEliminar