sábado, 28 de febrero de 2009

La luz en la niebla

Esta historia la escribí hace ya algún tiempo, espero que os guste.


Quizás un rayo de esperanza, o una guia entre las sombras, la luz entre la niebla me atraía con fuerza. Me acerqué poco a poco y cuando casi podía tocarla, se apagó. La niebla se difuminó y allí estabas tu, ada de espaldas, lorando en la orilla de la laguna.
-¿Qué te pasa? -te pregunté- ¿Qué estas haciendo aquí sola?
-Estoy llorando porque me he perdido
-Yo puedo ayudarte a volver
-No, no puedes, se volver, pero yo lo que quiero es avanzar
-Pero no hay nada más allá de este bosque
-Si que hay algo, hay todo un mundo, y hay alguien que, aunque no me conozca todavía, me está esperando
-Pero eso no puede pasar, no puedes esperar a un desconocido
-Puedes si es tu corazón el que te dice que está allí

Entonces levantaste la mirada y la luz volvió a iluminarnos, tus ojos estaban humedos por las lágrimas, pero estas parecían gotitas de luz que nacian de tu corazón. Cuando me miraste me sentí como si volara. Te levantaste y volviste a caminar, hacia el interior del bosque, hacia el corazón de la niebla. Entonces te seguí. Avanzamos varios dias, pero el sol no nos iluminó. Cuando por fin veíamos la margen del bossque corrí hacia ti y te cogí del brazo. Tus pies estaban flotando sobre un abismo, parecía infinito, terrible.
-Camina sobre la niebla, ella es el puente hacia el mundo que espero encontrar más allá.
-Pero la niebla no es un puente, se aparta cuando la tocas
-Si tu deseo es caminar sobre ella, caminarás sobre ella, pero la mayoría de la gente no sabe como desear, solo desean que pase lo que creen que es real
-Lo intentaré, pero no me dejes caer, porfavor, quiero ver ese mundo del que hablas

Avancé. Puse un pie en los zarcillos de niebla. Me sujetaron como si fuesen un manto de hojas sobre un suelo blandito. Te seguí hasta encontrar un suelo más firme. Allí nos sentamos en el suelo y tu volviste a cerrar los ojos, la luz se apagó poco a poco y te dormiste. Poco a poco fuiste desapareciendo y te convertías en niebla. Cuando desapareciste se levantó viento y la niebla se fue con el. Vi sobre el suelo una jolla, era como una estrella, con un arco de plata sujeto por detrás. La tomé con mis manos y el arco se convirtió en una cadenita. La colgué de mi cuello y volvió a haber luz. entonces vi lo que tu me habías dicho, todo un mundo más allá del abismo, pero un mundo diferente de lo que tu creías que habría, porque todo era agua excepto la pequeña playa en la que yo estaba sentado.
Caminé dias por el arenal, hasta que vi una sombra sentada en la orilla. Me acerqué y vi que era un chico, y que estaba llorando, como tu cuando te conocí.

-¿Qué te pasa? -le pregunté- ¿Necesitas ayuda?
-Estoy esperando a alguien, pero no se quien es, solo se que está más allá de aquel abismo.
-Yo la conozco, cruzó el abismo, pero tubo que irse, pero me dio esto para ti
Enctonces le di la estrella y al colgarla de su cuello, volvió la niebla y tu apareciste con ella. Yo me disolví en los zarcillos para dejaros solos y me acerqué a la orilla. Al tocar el agua, Un camino apareció y supe que en el extremo te encontraría otra vez, pero esta vez esperandome a mi para llevarme al otro lado del mar y encontrar a aquella que me esperaba a mi sin siquiera conocerme.

miércoles, 25 de febrero de 2009


Hoy subo una imagen para todos mis lectores, pero sobretodo para Agua para recordarle que antes de aprender a amar, hay que aprender a soñar, para así no perder el camino y poder amarse también a si misma.

Es un regalo y quien quiera puede considerarlo como propio

miércoles, 18 de febrero de 2009

Noche de luna

Ya había oscureciendo, y yo estaba en el andén, esperando a que el tren que me llevaría de vuelta a casa pasase de una vez.
Toda la estación estaba vacía, excepto yo y el reflejo de la luna llena en un estanque. Abrí mi libro y me puse a leer. "Espero no acabarlo hasta que llegue el tren" pensé "asi el tiempo pasará más deprisa".
En ese moemento levanté la vista y vi al fin el viejo tren que me llevaría hasta casa. Era una antigua máquina de vapor a la que le habían cambido la caldera por un motor eléctrico, pero aún así, el vapor salía por la chimenea. Subí y el revisor me ticó el billete.
-El tren está vacío, sientese donde quiera -me dijo-.
Entonces yo busqué un reservado silencioso donde pudiera apagar la luz y dormir un rato si lo deseaba, pero cuando dejé mi maleta, saqué mi libro y comencé a leer otra vez.
Pasaron las horas y se me cerraron los ojos, con lo que el libro se me cayó al suelo. El sonido de las tapas al cerrarse de golpe me despertó y miré por la ventana.
Estabamos en un tunel, y se veía una luz plateada al final.
Cuando salimos vi que era la luz de la luna reflejada en las gotas de rocío de montones de flores silvestres que crecían en un campo.
El tren se detuvo poco a poco y cuando finalmente paró, el revisor entró en la cabina y me dijo:
-Señor, baje del tren, por favor.
Yo obedecí y sali al prado. Con mi libro en una mano y mi curiosidad en la otra, miré a mi alrededor. El campo tenía un aspecto extraño: había montones de flores preciosas, rosas y amapolas, don diegos y camelias, gardenias y campanillas, pero algunas tenian un aspecto extraño. Me acerqué y vi que las flores extrañas eran de papel, y eso me pareció muy extraño, porque eran flores muy delicadas, casi como si fuesen reales...
Entonces recorde que tenía mi libro y me di cuenta de que no tenía puesta la marca, así que arranqué una rosa roja y la coloqué entre las páginas en que me había dormido.
Cerre los ojos y aspiré el aroma, que de tan embriagasdor me hizo caer al suelo casi sin sentido. Miré al cielo y nubes púrpuras se arremolinaban alrededor de la luna llena, que me miraba desde las alturas.
Mis párpados volvieron a cerrarse y no me desperté hasta que el tren se detuvo en el andén de mi pueblo. El Sol entraba por la ventana y acariciaba dulcemente mi piel. Cogí mis cosas y me fui a mi casa. Pensé "todo habrá sido un suño" y me subí en un taxi que me llevó hasta la finca de mis padres. Entonces miré mi libro y la vi: una rosa roja asomaba entre sus páginas.

martes, 10 de febrero de 2009

Un susurro en la lluvia


La lluvia que cae sobre mi piel me despierta lentamente. Estoy tumbado sobre el asfalto, sin nadie a mi alrededor pero en la distancia hay una lucecilla, que brilla casi sin fuerzas. La luz se acerca y poco a poco distingo una mujer que se aceca y llora desconsoladamente. Desde el suelo, intento levantarme, pero no puedo, enonces le digo:

-Oye, ¿te pasa algo?¿Por qué lloras? Se que no nos conocemos, pero si necesitas ayuda puedo intentar haer algo...

-Tu si me conoces, pero no lo sabes. Y tu eres el unico que me puede ayudar, pero no sabes como.

No entendia las palabras de la chica, pero alargue mi mano y con mis dedos rocé su tobillo. Su piel suave y delicada estaba congelada, como si nunca hubiera tenido un abrigo ni una fuente de calor. Rechazó mi tacto encuanto lo notó. Se apartó de mi y me pidio que no lo volviera a hacer, que si la tocaba ambos perderíamos.

Intenté otra vez levantarme, pero el cuerpo no se separaba del suelo.

-No intentes levantarte, no podrás, estas demasiado cansado para hacerlo.

Yo no la escuché y empujé con todas mis fuerzas, pero nada sucedio, mi espalda estaba pegada al suelo, no se separaba de ninguna manera.

Entonces ella me tedio la mano y cuando la cogí, tiró de mi y me ayudó a sentarme.

-Tienes que abrir los ojos, tienes que despertar, si no no podrás ayudarme.

-Ya los tengo abiertos -le contesté-, te estoy viendo.

-No me ves, me sientes, porque yo te siento a ti de la misma manera y te busqué, pero ahora, abre los ojos, vuelve a la realidad, y despierta, porque tu viaje comenzará pronto.

Me empujó y caí en la misma posición que antes. El golpe me hizo mucho daño y durante un momento no pude respirar. Entonces oí un único pitido de contínuo piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii y derrepente el aire inundó mis pulmones como si fuera fuego, quemandome, y empecé a oir pitidos cortos y regulares pi... pi... pi.... Abrí los ojos y vi a dos hombres inclinados sobre mi, uno sujetada unas planchas sobre mi pecho, el otro, un balón de oxígeno. Seguía estando vivo.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Ayer no fue mi dia de suerte: hace sol por la mañana, cuando estoy ocupado, y por la tarde, que iva a ir a estudiar al museo de anclas, un museo que hay junto a la playa donde sueloir a estudiar y sacar fotos, se nubla y se pone a llover, total, que me tuve que quedar a estudiar en casa y mi hermano no me dejo en paz en toda a tarde y despues, cuando pensaba relajarme con un entrenamiento tranquilo, resulta que nos mandan coger las palas, que a mi me molestan más que me ayudan y me paso todo el entrenamiento nadando a fuego para seguira los demás. Y como gota para colmar el vaso, al salir de la piscina resbalo y me caigo por las escaleras, menos mal que se caer bastante bien y solo fue un esguince, pero ya se me reventaron la mitad de los planes que tenía hechos... y los demás no porque me puedo quitar la venda en dos semanas y eran para dentro de 15 dias, cuando acaban los examenes y volvemos a clase...
Bueno, pues eso, que el dia me salio redondo

Yo tenía pensada una canción para hoy y la voy a subir igual, es una versión por Cascada de el mítico Because de Night de Patti Smith, espero que os guste



Espero que vuestro dia y el mio sean mejores que el mio de ayer
Cuidaros
Dw